miércoles, 1 de julio de 2015

Preguntas 9 y 10. ¿Qué factores influyen en la planificación estratégica y táctica del tratamiento? ¿En qué influye la experiencia clínica en el pronóstico?

Los invito a escuchar el siguiente poema de Mario Benedetti, titulado Táctica y Estrategia, que sirve a modo de introducción para entender los conceptos que se abordarán a continuación. 


Llevando estas palabras a nuestro campo, la odontología, podemos entender que la planificación estratégica viene a ser el conjunto de acciones programadas y coordinadas sistemáticamente en el tiempo, que se llevan a cabo para lograr un determinado fin o misión. Corresponde a los caminos que tomaremos para cumplir con los objetivos del tratamiento de nuestros pacientes.

Por otro lado, la táctica es el método o la forma empleada, con el fin de cumplir un objetivo y que a la vez contribuye a lograr el propósito general, de acuerdo a las circunstancias que se tienen que enfrentar. Corresponde a la secuencia de pasos, previamente planificada, dirigida a optimizar tiempo de atención odontológica, que se realizan de acuerdo a la planificación estratégica.

Las tácticas deben guiarse por una base firme y segura, dejando de lado la improvisación, porque de no ser así será muy difícil alcanzar los objetivos determinados previamente.

Estos dos conceptos nos permitirán llevar a cabo nuestro tratamiento de la forma más efectiva posible, modificando mediante las tácticas nuestro diario actuar, el cual debe estar en acuerdo con nuestra planificación estratégica previa. Para esto, es importante conocer los factores que influyen en ambos:

  • Factores asociados al paciente:
  1. Condición sistémica general: influye en toma de decisiones como atender a primera hora a pacientes diabéticos o si indicar antibioterapia tras una exodoncia.
  2. Condición clínica particular: determinan decisiones como cuanto tiempo nos tomará remover una caries, o si tal diente tiene buen o mal pronóstico como diente pilar.
  3. Edad y sexo: tratar con personas de distinta edad dificultará un mismo procedimiento, así como también las mujeres tienden a ser más aprensivas respecto a su apariencia.
  4. Características biopsicosociales: la educación, conocimientos, experiencias previas y condición socioeconómica, entre otros factores, influirán en que decisiones terapéuticas tomar. 
  5. Expectativas: es fundamental dedicar el tiempo y recursos apropiados para que nuestros pacientes se sientan conformes con su tratamiento.
  • Factores asociados al Odontólogo:
  1. Habilidades particulares: no todos podemos planificar de la misma forma ya que las capacidades de cada uno permitirán realizar procedimientos de distinta complejidad en tiempos distintos.
  2. Recursos disponibles: también hay que adecuar nuestra planificación de acuerdo a la disponibilidad de insumos y materiales para trabajar.
  3. Recursos humanos: un claro ejemplo de esto es el trabajo a cuatro manos, que agiliza los procedimientos y nos permite planificar una atención más rápida.
  4. Factor tiempo: hay que adecuar los tratamientos para que se adecuen al tiempo que disponemos para su realización.
La mejor estrategia es la que permite considerar al paciente como un todo y cómo nuestra intervención favorece un estado de salud y bienestar mantenido a largo plazo.

Experiencia clínica en el pronóstico

Por otro lado, surge la interrogante de cuál es la importancia de la experiencia clínica en el pronóstico de nuestro tratamiento.

La experiencia clínica de forma individual no posee un gran valor, ya que puede ser inadecuada debido a que su base se sustenta sobre un conjunto limitado de pacientes (en relación al clínico en cuestión) que no representan la totalidad de los que se tiene información médica evidenciada. Por esto es fundamental basar nuestro pronóstico en la evidencia, lo que nos permitirá extrapolar una situación clínica dada a un promedio universal de sucesos ya acontecidos.

Los conocimientos del clínico pueden ayudar a identificar los valores que el paciente le asigna de forma particular en relación a sus preferencias, preocupaciones y expectativas, permitiendo analizar e integrar dichas características individuales y determinar que acciones realizar y que decisiones tomar en beneficio del paciente (sin olvidar que se requiere de la mejor evidencia disponible), que pueden implicar cambios tanto en el tratamiento como en el pronóstico. Además, la experiencia del clínico puede colaborar mucho en la alianza terapéutica, lo que puede modificar ciertos aspectos del pronóstico (adhesión al tratamiento, motivación, etc.). 


Bibliografía


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